Una palabra aloja a un cochero que con su carro pasea por la historia de una revolución. Otra palabra aloja a un jinete que anuncia la guerra cabalgando hacia un espejismo de polvo y mariposas. Otra palabra aloja muertos y otra más aloja sueños de revolución. Una palabra aloja un lenguaje, una literatura, una historia, una cultura. Y descubrimos que una palabra también puede alojar una vida. Marina Berri, con un ávido ojo de poeta, nos transporta a todas las Rusias posibles (la pasada, la presente y la futura) a través de su lenguaje, develando aquello que guardan celosamente las letras del alfabeto cirílico. Como entradas de enciclopedia, encontramos a una nación entera condensada en sus vocablos y expresiones.
El signo duro (ъ) me recuerda al cuento, o mejor, a cómo está descrita la helada en el cuento: no solo porque el signo es, precisa y metafóricamente, duro, y la helada endurece y separa el mundo en bloques, sino también porque en el trazo puedo ver estilizado el cuerno de una cabra, el buche de un pato, el modo en que se retuerce un hombre antes de morir congelado, y hasta el agujero que puede ser la conciencia, pero que tiene también un gancho, para conseguir que en el medio de la poziómka —позёмка es peor que metél según Korolénko: es cuando el viento sopla del piso la nieve seca y la levanta contra uno de manera uniforme, constante, obstinada— los viajeros salgan a buscar a un hombre que, sin duda, ya está muerto de frío. Marina Berri
Detalles técnicos
- ISBN: 9786316532862
- Género: No ficción
- Cantidad de Páginas: 130
- Formato: 15x23
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